XVI Domingo del TO, Año A
(Mateo 13, 24-43)
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Campo del grano |
En estos
domingos la liturgia nos propone algunos textos sobre el reino de Dios, como una sociedad alternativa fuera de toda lógica
del mundo, donde
en vez de centrarse en el individualismo, las cosas se ponen en común; donde en
vez de comandar, se sirve; donde para subir, se tiene que bajar.
Volvamos a la profecía, a hacer presente el reino de
Dios, seguir a Jesús renovando nuestra adhesión a Él, hagamos memoria de los
momentos donde hemos sentido a Jesús cerca, donde lo hemos “visto” actuar, la alegría
que eso nos produjo a nosotros y a los demás, porque, la alegría que viene de Dios
es duradera y no hace mal a los demás.
En este
tiempo entre pandemia y cuarentenas, se hace difícil. Estas cosas tienden a desmotivarnos,
a querer darnos por vencidos. Tentación que experimentaron también los discípulos,
por eso Jesús les dice que el Reino de Dios es igual a la levadura en la masa, “tres medidas de harina” eso quiere decir
cuarenta kilos de harina, cantidad grandísima para mostrar, que ese poco de
levadura es capaz de hacer crecer,
que de unos pocos de cristianos apasionados por Dios son capaces de hacer
grandes cosas, o en otras palabras trayéndolo a la actualidad no es necesario
asustarse por la situación que como iglesia estamos viviendo: “que somos minoría”,
“que la gente no le interesa”, etc.
Nos queda
solo confiar en Dios y como cristianos mezclarnos
con la realidad ya existente, con lo que se tenemos a mano para hacer
fermentar la masa, aprovechando las
oportunidades que se nos presentan, arriesgando.
Entrar en la lógica
del Evangelio no es fácil, nos queda mucho por caminar, por eso tenemos que
estar firmes en la oración, en el contacto personal con Dios que nos ayuda a seguir adelante y a no tener miedo.
Así que ahora
les propongo de rezar esta oración:
Volvamos a la profecía,
Para conocernos a nosotros mismos
No a partir de juicios fáciles,
Sino de la vida que nos pone a
prueba,
Vivir para la próxima cosa hermosa
que sucederá,
En el desnudo y ardiente ahora.
Volvamos a la profecía,
De una vida que se convierte en una
antorcha de fuego
Resplandor de la calle,
Luz suficiente para caminar.
Volvamos a la profecía,
Tener corazones impacientes y gestos
lentos,
Cuerpos que abren el camino para la
palabra,
Y que todo lo que encuentran
alrededor
Lo hace fácil.
Volvamos a la profecía,
A anticipar el cambio
A ser un puñado de luz
Lanzado en la faz del mundo.
(Don Luigi Verdi)
¡Paz y bien!
Fray Augusto URZUA OFM Conv.
como, se puede ser luz en medio de tantas tinieblas, a veces la oracion puede ser la mejor compañia, buscar almas que deseen hablar de Dios , escaudriñar las escrituras , encontrar esa luz ,y ser luz para los demas , es una mision
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