jueves, 17 de diciembre de 2020

¡VEN, VEN SEÑOR NO TARDES!

 IV Domingo de Adviento, año – B.

Evangelio: Lucas 1, 26-38

 

Queridos hermanos hemos llegado al IV domingo de adviento y la Iglesia con la liturgia de la Palabra de este domingo nos propone mirar con atención a la Madre del Redentor, la Virgen María, uno de los cuatros personajes que nos acompañan en este tiempo de espera y de preparación al nacimiento de Jesús.

María nos acompaña y nos muestra a Jesús, la invitación es a poner la mirada en el misterio de la Encarnación. En el Evangelio de San Lucas, cuando el Señor anuncia el año de gracia, dice que “todos los hombres fijaron su mirada en Él” en medio de las grandes oscuridades del mundo y de nuestro tiempo complejo por la pandemia, también aparece su luz. “La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, en ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no pudieron apagarla”.

"¡He aquí la servidora del Señor!"


Sabemos que la historia de la salvación tiene en Cristo su punto culminante y su significado supremo. Él es el Alfa y el Omega, el principio y el fin. Todo fue creado por Él y para Él, y todo se mantiene en Él. Es el Señor de la historia y del tiempo. En Él, el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y la historia. Él es el mismo, ayer, hoy y siempre.

San Francisco, en la I admonición, hablando de la venida del Señor en el mundo nos recuerda que Jesús baja desde el cielo con humildad su presencia sencilla y pobre estará siempre con nosotros: “Ved que el Señor diariamente se humilla, como cuando desde el trono real vino al vientre de la Virgen; diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; diariamente desciende del seno del Padre sobre el altar en las manos del sacerdote. Y como se mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros en el pan sagrado. Y como ellos, con la mirada de su carne, sólo veían la carne de él, pero, contemplándolo con ojos espirituales, creían que él era Dios, así también nosotros, viendo el pan y el vino con los ojos corporales, veamos y creamos firmemente que es su santísimo cuerpo y sangre vivos y verdaderos. Y de este modo siempre está el Señor con sus fieles, como él mismo dice: Ved que yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo”.

Regresamos al testimonio que nos da María en este domingo y miramos cómo la fe se convierte para esta joven muchacha en la única medida para abrazar no sólo su propio misterio, sino el de su mismo hijo: un puro don que Dios le ha dado no para su gozo o su exaltación, sino para el bien de todos.

Las palabras con que la Virgen María da su asentimiento: “Hágase en mí según Su Palabra", nos revelan la consciente aceptación de su función ante el desafío de una realidad y de un conjunto de acontecimientos que están más allá de la medida de la inteligencia y de los pensamientos humanos. Y esta respuesta solo la pudo dar un corazón lleno de fe.

“He aquí la esclava del Señor”. Esta es una profunda confesión de humildad y obediencia, pero sobre todo de confianza total en la palabra de Dios que, precisamente porque no encontrar el más mínimo obstáculo o una sombra de vacilación en el corazón de María, se convertirá de manera absoluta en palabra creadora (“La Palabra se hizo carne”). Ella creía tanto en la Palabra de Dios, que se hizo carne en su seno virginal. “Si tuvieran fe como grano de mostaza”, nos dijo el Señor, “dirían a las montañas muévete y se moverían”. Qué clase de fe la de María Santísima que alcanzó ese inexplicable milagro: ¡una concepción virginal!

"Bienaventurados los que escuchan
la palabra de Dios y la cumpen"


María escucha plenamente, acoge y medita dentro de su corazón para dar fruto. Esta palabra, que requiere fe, disponibilidad, humildad, prontitud, es aceptada tal como se deben acoger las cosas de Dios. En María debemos reconocer las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”. Por lo tanto, la maternidad de María no es solo ni principalmente un proceso biológico. Es ante todo el fruto de la adhesión amorosa y atenta a la palabra de Dios.

Cuando María dijo: "Hágase en mí según Su Palabra", dio su consentimiento no solo a recibir al Niño, sino un sí a todo lo que conllevaba el ser la Madre del Salvador. Este consentimiento de María pone de relieve la calidad excepcional de su acto de fe. Fe es, ante todo, conversión, o sea, entrar en el horizonte de Dios, en la mente de Dios, en los pensamientos de Dios y de sus obras.

Al final de esta meditación podemos preguntarnos: ¿soy capaz y tengo la valentía de entrar en el horizonte de Dios y contestar como María “He aquí la esclava del Señor”?. ¿Tengo la valentía de contestar sí Señor, también si me pidiera de entregarme totalmente a Él, en una opción de vida sacerdotal o en la vida religiosa franciscana?

 

Fray Tullio PASTORELLI, OFM Conv.

sábado, 12 de diciembre de 2020

“Testigo de la luz”

 III Domingo de Adviento - Año B.

Evangelio: Jn. 1,6-8.19-28

El tercer domingo de Adviento es el “domingo de Gaudete” que significa alegría, como nos dice la antífona de entrada “alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense, pues el Señor está cerca”.

 


La liturgia nos invita a alegrarnos porque ya está cerca el Señor, en medio de la “espera” ya está próxima la alegría de la Navidad. Este año necesitamos alegría, necesitamos que alguien nos diga una buena noticia.

Juan el Bautista era un hombre enviado por Dios, Juan era un testigo, un testimonio de la luz, para que todos pudieran creer por medio de el. Como dice el profeta Isaías “El me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor” (Is 61, 1-2) Nunca como esté año necesitamos que alguien nos done “una buena noticia” y también nosotros podamos ser anunciadores de “buena noticia”. Creo que en este tiempo de pandemia todo hemos experimentados la cercanía y el cariño de muchas personas.

¿Cuantos chilenos ayudaron a familiares, amigos o vecinos que lo necesitaban?

Vecinos que solo se saludaban, empezaron a ser mas solidares el uno con el otro. Muchos jóvenes y no solo que iban de compra por los adultos mayores de sus sectores, de manera que ellos podían cuidarse y no salir de la casa. Familiares que cuidaban los enfermos de Covid con cariños y todos lo que necesitaban.

Esa es la buena noticia del evangelio ser solidario el uno con el otro, ayudarnos a enfrentar esta pandemia y donar lo que podamos donar para ayudar a los mas necesitados.


Juan Bautista y Francisco de Asís anunciaron con sus palabras y con sus vidas la buena noticia del evangelio. El Bautista se definía “una voz que grita en el desierto: Allanen el camino al Señor” (Gv 1,23), Juan predicaba “un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados” (Mc 1,4). Juan no predicaba solo con sus palabras, sino también con su vida “llevaba un manto hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero en la cintura, y comía saltamontes y miel silvestre” (Mc 1,6).

Francisco de Asís era evangelio viviente, el mas que con las palabras predicaba con sus vida, cuidando los leprosos y siempre atento a las necesites de sus hermanos y de la gente. Siempre ponía el bien de lo demás antes el suyo. También Francisco pasó por momentos duros y difíciles, pero supo como enfrentarlos y nunca le faltó la perfecta alegría, que no es una alegría vacía y superficial, sino una alegría verdadera que sabe pasar a través del sufrimiento y del duelo, una alegría que sabe enfrentar las pruebas de la vida siempre con esperanza y confianza. Francisco sabia enfrentar las adversidades de la vida, superarlas e incluso salir transformado por ella. Esa es la conversión que nos pide el evangelio: saber enfrentar las adversidades de la vida, superarla y salir transformado por ella.

 

 

Fray Matteo MARTINELLI

martes, 1 de diciembre de 2020

Testigos de Esperanza

Los jóvenes misioneros franciscanos de la parroquia Jesús de Nazaret de la ciudad de Curicó, junto al Fray Tullio Pastorelli y Fray Matteo Martinelli se han embarcado en la hermosa actividad de la Misión Franciscana 2020 con el lema TESTIGO DE ESPERANZA.

Momento de formación


Dicha actividad se realizó en el sector Villa Las Delicias, perteneciente a la localidad de Sagrada Familia. Durante los días 26 al 29 de noviembre: los misioneros franciscanos realizaron diferentes labores como: jornadas de formación, vivir la fraternidad, llevar el evangelio en el puerta a puerta, reír con los niños en la tarde infantil, rezar el rosario con los hermanos de la comunidad y construir una casa para la señora Luciana V y su familia.

Construcción de la casa.


Las distintas acciones misioneras realizadas en los cuatros días deseaban entregar a las personas del sector de Las Delicias, de la comuna y parroquia de Sagrada Familia: esperanza, coraje, paz y fe. Creemos que en este tiempo tan particular y todavía incierto, sin certezas y a veces con un poco de miedo testimoniar la esperanza que Jesús nos entregó es algo fundamental para vivir y poder superar este momento de pandemia covid-19.

Jóvenes Misioneros Franciscanos
enfrente de la casa construida.


Para finalizar, esta hermosa entrega, los 15 jóvenes junto a la familia de la Señora Luciana celebraron el primer domingo de Adviento y bendición de la casa con la Santa Misa. Como misioneros franciscanos queremos dar las gracias a todas las personas que hicieron de esta Misión en tiempo de pandemia, sea resultada una experiencia llena de esperanza para todos.

Paz y bien.

Jóvenes misioneros franciscanos

sábado, 21 de noviembre de 2020

Jubileo 25 años de la Delegación de Chile

     Del 16 al 19 de noviembre de 2020, los hermanos de la Delegación junto con los dos formandos actuales, se reunieron en Santiago para festejar los 25 años de la presencia OFMConv en Chile.

Los frailes y los formandos
después de la misa.


En el mes de junio de 1995 llegaron a Chile Fray Pietro BELTRAME y Fray Giorgio MOROSINOTTO, y el 17 de julio de 1995 se les unieron Fray Maurizio BRIDIO y Fray Ramón ZAS GARCÍA. La conmemoración de este jubileo estuvo precedida por la visita canónica on-line por parte del Vicario provincial de la Provincia Italiana de San Antonio de Padua (Italia norte) Fray Roberto M. BRANDINELLI, del 9 al 14 de noviembre 2020.

La alegría de encontrarse nuevamente ha sido aún mayor que siempre, pues la emergencia los obligaba a limitar las salidas y a realizar reuniones sólo en modo on-line. Este encuentro se ha caracterizado sobre todo por la memoria agradecida de estos 25 años y ha tenido su momento más significativo durante la celebración Eucarística, en la que participó un discreto número de fieles. Hicieron memoria de los muchos hermanos que han pasado por la Delegación y de aquellos que ya nos han dejado, entre ellos: Fray Berardo (Elio) DE GRANDIS (+2005), el postulante Eduardo RIQUELME (+2009) y Fray Giorgio MOROSINOTTO (+2018). Durante la Misa se tuvo también la renovación de los votos por parte de los 11 hermanos de la Delegación.

Renovación de votos de los hermanos.

Además del momento celebrativo, también se tuvo un espacio para discutir algunos aspectos de la vida de las comunidades y de la misma Delegación: desde la pastoral juvenil y vocacional hasta la formación y la economía. Fray Matteo MARTINELLI presentó el proyecto de la página internet de la Delegación.

El Delegado Fray Tullio PASTORELLI compartió con los hermanos el borrador de la relación que presentará en el próximo Capítulo provincial del 2021. En dicho borrador subraya los desafíos que próximamente la Delegación se verá llamada a enfrentar. También se discutió sobre el futuro y los sueños de los hermanos para el próximo cuatrienio. Durante los trabajos se tuvo el acompañamiento, mediante la plataforma zoom, del Vicario provincial, que animó a todos a seguir adelante con el diálogo.

Frailes de la Delegación.

El día miércoles 18 de noviembre se tuvo un día de fraternidad y descanso; los hermanos visitaron una localidad situada en la Cordillera de los Andes. Ha sido una ocasión para festejar los 25 años de sacerdocio de Fray Enrico BROCCHI, compartiendo su alegría por la vocación recibida con palabras simples y profundas.

Al final, los hermanos regresaron convencidos de haber reforzado no sólo los lazos de fraternidad, sino también el deseo misionero de continuar en esta tierra chilena que, con tanto amor, ha acogido a los Conventuales desde hace 25 años.

Fray Jack GINTING.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Sobre los Talentos

Domingo XXXIII – T.O. Año A.

Evangelio: Mateo 25, 14 – 30

 


El Texto evangélico de este domingo nos ofrece la conocida parábola llamada de los talentos; es un texto tan conocido que la palabra talento, que en tiempo de Jesús era una medita económica, ha pasado en el lenguaje común de hoy a indicar dones o cualidades, pero el sentido del texto nos invita a ir más allá de una mirada a las cualidades naturales de cada persona, para acoger el don de Dios: Jesucristo.

 

La Parábola de los talentos hace parte del V° Sermón en que se divide el evangelio de Mateo y se coloca entre la parábola de las Diez Vírgenes que hemos escuchado el domingo pasado, y la parábola del Juicio Final que escucharemos el próximo domingo. Las tres parábolas nos hablan del adviento del Reino. La parábola de las Diez Vírgenes insiste sobre la vigilancia: el reino de Dios puede llegar de un momento a otro. La parábola de los Talentos orienta sobre el crecimiento del Reino: el reino crece cuando usamos los bienes recibidos para servir. La parábola del Juicio Final enseña como tomar posesión del Reino: el Reino es acogido cuando se acoge a los pequeños.

 


Vamos a ver ahora algunos elementos de la parábola que acentúa el evangelista Mateo.

-         En respuesta a la pasividad de sus comunidades el evangelista resalta la actividad de los dos empleados y la actitud inoperante del tercero. Mateo quiere exhortar a la Iglesia a vivir el presente en una fidelidad activa y creativa, como preparación para el juicio final para que no se deje vencer por la comodidad  y la rutina, y la motivación es muy clara: la recompensa que el dueño da a los dos empleados es la salvación, simbolizada en la alegría de la convivencia con el Señor, una mayor intimidad en la vida del amo, y el castigo por el empleado que no trabajó será la exclusión del Reino.

-         No hay diferencia entre aquéllos que reciben más y aquéllos que reciben menos. Todos reciben según su capacidad, lo que importa es que el don se ponga al servicio del Reino. La clave principal de la parábola entonces no consiste en producir talentos, sino que indica el modo en que se necesita vivir nuestra relación con Dios. Los primeros dos servidores con naturalidad, sin buscar ninguna clase de merito para ellos, comenzaron a trabajar, para que el don recibido fructifique. Sin duda se arriesgan, tomaron decisiones audaces, se atrevieron a los cambios, buscaron…los movía el deseo de responder a la confianza recibida y ser fieles a su amo. El tercer servidor que solo devolvió el talento recibido tuvo miedo, no quiso arriesgar nada, quiso cuidarse y simplemente custodiar lo que había recibido; al final pareciera que nada ha ganado y nada ha perdido; sin embargo lo pierde a todo, precisamente para ser “bueno para nada”. El reino es riesgo. ¡Quién no quiere correr riesgo, pierde el Reino! Dos actitudes entonces: de quienes transmiten lo que han recibido de Dios y de aquellos que guardan para sí lo que el Señor quiso darles.

-         El amo manda quitar el talento al tercer servidor y darlo al que ya tiene: "Porque a todo el que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará". Aquí está la clave que lo aclara todo. En realidad los talentos "el dinero del amo" los bienes del Reino, son el amor, el servicio, el compartir, el don gratuito. Talento es todo lo que hace crecer la comunidad y que revela la presencia de Dios. Cuando alguien se encierra en sí mismo por miedo de perder lo poco que tiene,  pierde hasta lo poco que  tiene, porque el amor muere, se debilita la justicia, desaparece el compartir. De lo contrario la persona que no piensa en sí y se da a los demás, crece y recibe sorprendentemente todo lo que ha dado y mucho más.

 

Fray Fabio Mazzini OFM Conv.

sábado, 17 de octubre de 2020

LLAMADOS A DEVOLVERLO TODO

Domingo XXIX – T.O.  año – A.

Evangelio : Mateo 22, 15-21

La Palabra de Dios de este domingo nos presenta a Jesús rompiendo una vez más los dualismos que nos construimos para facilitar nuestra existencia. En otras circunstancias nos ha hecho entender que no podemos amar a los buenos y odiar a los malos, o que no serán premiados los que se han portado bien y castigados los que se han equivocado, o que no se consideran bienaventurados a los poderosos y últimos a los que sirven. Ahora nos dice que no son excusados de los deberes de la vida terrenal aquellos que se dedican a su vida espiritual, sino que ambas experiencias son las caras de una misma moneda (como la que los tramposos fariseos y herodianos tienen que entregar al César).

Monedas chilenas


¿Por qué no nos dice Jesús que nos dediquemos únicamente a nuestro camino espiritual? Podemos encontrar muchas razones a lo largo del Evangelio, así que en estas pocas líneas me quedo con dos que considero relevantes.

La primera: Jesús no vino para salvarse a sí mismo, más bien para salvar a todos. Si llega a cumplir la voluntad del Padre es precisamente porque no se preocupa por su propia vida ni cuando los soldados lo increpan exhortándole: “¡Sálvate a ti mismo!”. Es verdad que cada cual tiene que cuidar su propio camino, pero Dios no nos ha puesto a cada uno en una isla diferente. San Francisco dice en su Testamento que nadie le indicaba el camino a recorrer, hasta que Dios le dio hermanos, y juntos comenzaron a vivir el Evangelio. Así que en su Regla pide a los Franciscanos que “cada uno ame y cuide la vida del hermano”, para llegar a “salvarse juntos”.

La segunda: todo lo que somos y tenemos viene de Dios, quien ha hecho nuestro mundo también. No podemos despreciar lo que Dios ha hecho, sino amarlo. Por cierto, lo que nos rodea no nos pertenece, y tampoco somos dueños de la Creación, sólo cuidadores. Pero esto no nos autoriza a despreocuparnos de nuestra tierra y de nuestra vida en ella, ni de desechar o restarle importancia a lo que Dios ha creado. San Francisco insiste mucho en el concepto de “devolver a Dios”, de “restituirle lo que le pertenece”. Si el César se puede conformar con una moneda, lo que hay que devolver a Dios es mucho más: es tiempo y vida, es amor y perdón, es liberación y salvación, es justicia y paz… en pocas palabras es todo lo que Él nos ha dado y lo que Jesús nos ha testimoniado a lo largo de su vida. Podemos definir hoy la vocación como el descubrimiento de la mejor manera de devolver a Dios y al mundo todo lo que Él nos ha entregado.

 

¡Paz y bien!

Fray Christian BORGHESI.

viernes, 2 de octubre de 2020

DECIR HERMANOS MENORES.

4 de octubre,

Solemnidad de San Francisco de Asís.

Evangelio según San Mateo 11,25-30.

 

 

La estatua de San Francisco de Asís
en la iglesia de San Francisco - Copiapó.


  LOS PEQUEÑOS SON LA ALEGRÍA DE JESÚS

El 4 de octubre se celebra la solemnidad de nuestro Padre San Francisco, fundador de nuestra Orden. La liturgia nos presenta el evangelio según San Mateo 11,25-30. El texto se nos presenta a Jesús que exalta de gozo porque Dios Padre reveló su misterio en Él como su Hijo a los pequeños. “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido” (25-26).

Al experimentar la acogida de los pequeños, Jesús manifiesta su alegría espontánea, alabando a Dios - Padre en una pequeña oración. Al mismo tiempo, el rechazo de los sabios y prudentes revela con claridad que la fe en Jesús como Hijo de Dios es un don.  No es fruto de nuestro esfuerzo, del humano. Para acoger este don hay que saber vaciarse y hacerse pequeños, hacerse menores. Porque solo los pequeños saben reconocer a Jesús como Hijo de Dios. Para conocer a Dios Padre, debemos conocer a Jesús. “Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (27). Se trata del encuentro personal con Jesús.

 

Hermanos (frailes) Menores Conventuales 

LLÁMENSE HERMANOS MENORES.

Hacerse pequeños o hacerse menores es una llamada, es una vocación. “Todos sin excepción llámense hermanos menores”, expresó San Francisco a sus seguidores en la Regla no Bulada, VI. Como Jesús ha experimentado que la pequeñez es el lugar del encuentro personal con Dios, en San Francisco ese lugar se llama la minoridad.  La minoridad para San Francisco y los franciscanos es el lugar del encuentro personal con Dios, con uno mismo, con los demás hombres y mujeres y también el lugar del encuentro personal con toda la creación. Los que se creen poseedores de la sabiduría y de la ciencia en cambio  tendrán dificultad a penetrarse en el misterio de Dios.

            Comentó el “Señor papa” Francisco en su discurso durante la audiencia personal con los miembros de la Familia Franciscana de la Primera Orden y de la Tercera Orden Regular, el 23 de noviembre de 2017, que en nuestra forma de vida, el adjetivo “MENOR” califica al sustantivo “HERMANO”, dando al vínculo de la FRATERNIDAD una cualidad propia y característica: no es lo mismo decir “HERMANO” que decir “HERMANO MENOR”. Por lo tanto, al hablar de fraternidad hay que tener en cuenta esta típica característica franciscana de la relación fraterna que nos exige una relación de “HERMANOS MENORES”.

 

Misión OFM Conventual en Ghana - África

VENGAN A MÍ.

“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré” (28) es la invitación de Jesús para nosotros hoy en día. Nosotros y el mundo entero que estamos afligidos y agobiados causado por la pandemia de Covid-19 nos invita a que nos acerquemos a Él para que nos de alivio y el descanso. Como San Francisco de Asís que supo despojarse de todo hasta quedarse desnudo frente a todos para elegir la vida menor y seguir a Jesús pobre, para nosotros “vengan a mí” es la invitación a hacernos menores también nosotros, pequeños, como un niño humilde y confiada y, como la del publicano del Evangelio, consciente de sus pecados y errores; dejando al lado el orgullo farisaico (los sabios) y orgullo espiritual (los prudentes) y saber vivir con lo necesario y convivir con nuestros límites y pequeñez para dejar lugar al misterio de Dios que nos promete la vida eterna en su reino de paz; teniendo a Jesús como modelo y Maestro.

 

¡Feliz fiesta de San Francisco de Asís para todos!

¡Paz y bien!


Fray Jack GINTING OFM Conv.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Lo importante es cumplir la voluntad del Padre

Domingo XXVI, T.O. - año A.

Evangelio: Mateo 21,28-32. 

Lo importante es
cumplir la voluntad del Padre



Queridos lectores, paz y bien a todos!

En este domingo la liturgia de la palabra, y de manera especial el Evangelio de san Mateo, en la parábola “de los dos hijos”, nos presenta dos conductas bien distintas, frente a la voluntad de su padre.

En el texto del evangelio, el lenguaje y el contenido es muy sencillo, y no hace falta que nos esforcemos mucho para comprenderlo. En primer lugar lo que nos ofrece la Palabra, es la llamada a la responsabilidad personal de cada uno ante el bien y el mal. Los dos hijos, son libres de elegir lo que desean: ir o no ir a trabajar en la viña, y así obedecer o desobedecer a la voluntad de su padre que los envía. Jesús siempre nos deja libre para elegir  el bien o para el mal. Como Franciscanos Conventuales de Chile, en este domingo 27 de septiembre, celebraremos la jornada de oración por las vocaciones a la vida Franciscana, y,  el evangelio de san Mateo me parece muy bueno y adecuado para hacernos algunas preguntas sobre la vocación. ¿Me siento llamado por Dios a trabajar en su viña? ¿Y en que manera, con que vocación (religiosa, sacerdotal, matrimonial, misionera, ...)? ¿Soy como el hijo que dice sí voy, y después no fue?, o soy como su hermano que dice no quiero y después se arrepiente y fue?

Jesús en el relato del evangelista san Mateo, critica la conducta de los que sólo tienen buenas palabras, y alaba en cambio, la actitud de aquellos que saben hacer un camino de seguimiento, saben dar prioridades a sus decisiones y cumplen así un itinerario de conversión. Cito en este sentido a san Antonio de Padua, que en el sermón de Pentecostés, afirma que las palabras más verdaderas son nuestras obras y no nuestros lindos discursos o nuestras buenas intenciones:

"Y comenzaron a hablar en varias lenguas, según el Espíritu Santo les daba que hablasen".

El que está lleno del Espíritu Santo, habla diversas lenguas. Las diversas lenguas son los distintos testimonios, que podemos dar a Cristo, como la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia; y llegamos a hablar en estas "lenguas", o virtudes, cuando las mostramos a los demás en nuestra vida práctica. La lengua es viva, cuando hablan las obras. Les conjuro: ¡cesen las palabras, y hablen las obras! Estamos llenos de palabras, pero vacíos de obras.

Ciertamente, la parábola no alaba la negativa del primer hijo al padre como tal, sino que presenta como modelo, el proceso de conversión que ese hijo fue capaz de realizar, desde ese rechazo instintivo, de llegar a una aceptación pensada y libre de lo que quería el padre. Dios no tiene prisa por recoger frutos del hombre; sabe esperar. Nos deja tiempo para que pensemos nuestras decisiones, para que reflexionemos el alcance de un seguimiento que, para ser verdadero, debe ser definitivo. A Dios no le asustan nuestras debilidades, ni nuestros pecados, ni nuestras rebeldías.

Queridos, en este domingo pedimos al Señor la capacidad de cumplir la voluntad del Padre Dios, miramos los santos chilenos: Alberto Hurtado, Teresita de los Andes, miramos también a san Francisco y santa Clara de Asís, hombres y mujeres con sus debilidades, rebeldías, pecados, pero valientes y atentos a la voz de Dios; prontos siempre a ponerse en camino, recomenzar y poder cumplir siempre su voluntad.

Término dejándoles unas lindas palabras de san Francisco, que solía rezar frente a la imagen del crucifico de san Damián, pedimos por nosotros, por todo Chile, por las vocaciones a la vida franciscana masculina y femenina con lo que dice esta oración:

Oh  alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón

y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,

sentido y conocimiento, Señor, para que haga siempre tu santa y verdadera voluntad.

 

Paz y bien

fr. Tullio PASTORELLI

sábado, 19 de septiembre de 2020

Obreros de la viña del Señor

Domingo XXV – T.O. año A.

Mateo     19,30 - 20,16


"Llama a los obreros y págales el jornal".



Un hacendado que sale de su viña a contratar trabajadores, de eso nos habla el evangelio de este domingo: “El reino de los cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña” (Mt 20,1). El propietario no se cansa de salir, sale por tres veces, llama nuevos trabajadores a su viña y los envía a trabajar hasta el terminar el día. Cada vez que encuentra alguien o ve alguien ocioso lo llama y lo envía a trabajar a su viña. Esta parábola es muy significativa porque nos dice que el reino de los cielos es un lugar donde todo servimos y ninguno es inútil. Dios nos necesita. Dios nos pide de ayudarlo a construir su reino, todos podemos dar nuestro aporte para construir el reino de Dios. Por eso el hacendado continua a salir en varios momentos del día para contratar nuevos trabajadores porque quiere alcanzar y encontrar a todos los hombres, no quiere que ninguno se quede afuera de su reino. Jesus hoy no quieres hablarnos de economía o de justicia social, no quiere enseñarnos como se conduce una empresa. Jesus no piensa según la lógica de la ganancia, sino del amor. Es un hacendado que nunca para de buscarnos, sino hasta el último día de nuestra vida. Dios nos invita a seguirlo, quiere que estemos con él, para que todos podamos colaborar en la construcción de su Reino. Todos podemos hacer parte del Reino de los cielos. No es un dueño, sino un Padre. Un Padre que nos ama infinitamente, un Padre que nos acoge de inmediato y nos perdona cuando volvemos a Él (ver Lc 15, 11-31), un Padre que va a buscar la oveja extraviada hasta encontrarla y alegrarse mucho porque la ha encontrada (ver Lc 15, 1-7). Jesus quiere que conozcamos ese Padre, que hagamos experiencia de Él, un Dios que continúa a salir para llamarnos para que podamos involucrarnos en la construcción de su reinado. Un Dios que no se cansa de buscarnos cuando estamos perdido y que se enternece cuando nos ve volver a Él. Nos corre al encuentro, nos abraza y nos da su perdón y misericordia (Lc 15,20). Francisco de Asís a hecho esta experiencia en su vida. En la fiesta de las impresión de las llagas que hemos celebrados en esos días (17 septiembre) recordamos cuando en septiembre de 1224 el Señor Jesus imprimió en el cuerpo de Francisco los estigmas de su pasión . La impresión de las llagas que Francisco recibió fue la cumbre, de un tiempo de crisis, de desierto espiritual, que duró unos años. Evento donde Francisco se sintió amado y perdonado por Dios. Podemos decir que ese fue el culmen del proceso de configuración con Cristo de Francisco. Como escribió san Bonaventura en la Leyenda menor : “Francisco comenzó a experimentar un mayor cúmulo de dones y gracias divina. Elevándose, pues, a Dios a impulsos del ardor seráfico de sus deseos, y transformado, por el efecto de su tierna compasión, en aquél que, en aras de su extremada caridad, aceptó ser crucificado”. Francisco experimentó en su corazón un gozo mezclado de dolor… quedó su alma interiormente inflamada en ardores”. También nosotros podemos hacer experiencia de un amor tan grande. Tenemos que involucrarnos en la construcción de su reinado. Dios quiere salir a contratarnos, estaría a nosotros contestarle y seguirlo. Solamente de esa manera podremos empezar nuestro proceso de configuración a Cristo, como lo hizo Francisco.

 

Fray Matteo MARTINELLI OFM Conv.

martes, 15 de septiembre de 2020

RENOVACIÓN DE VOTOS DE FR. AUGUSTO URZÚA

En martes 08 de septiembre, durante la misa de la fiesta de la Natividad de María, Fray. Augusto URZÚA, fraile de origen Curicano que se encuentra en estos momentos está realizando sus estudios en el Instituto Teológico "S. Antonio Dottore", Padua – Italia renovó sus votos temporales.

 


¿Qué significa esto en la vida de un Fraile?

La renovación de los votos de un fraile es un “paso” más dentro de su formación. Es confirmar nuevamente su elección de vida de vivir en castidad, pobreza y obediencia en la Orden Franciscana por un año más, hasta que una vez culminada su formación inicial proceda a profesar sus votos solemnemente o se llama también votos perpetuos, es decir para siempre, para decir lo mismo que nuestro padre San Francisco dijo en el inicio de su vocación: Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica. (1 Cel 22).

Fr. Augusto, quién se encuentra realizando un periodo de vacaciones en Chile, renovó sus votos en la Santa Misa del martes pasado en la parroquia Jesús de Nazareth de Curicó, donde los frailes de dicha comunidad, realizan el servicio pastoral. En la Eucaristía, Fr. Tullio PASTORELLI que fue el celebrante, dio un espacio luego de su predicación a nuestro hermano, para que pudiese comentar a la comunidad, que se encontraba en “línea” mediante redes sociales, cómo sintió su vocación a ser un fraile menor conventual, junto con un mensaje para los jóvenes que se encuentran planteándose esta inquietud vocacional.

 


Dentro de sus palabras, Fr. Augusto agradeció al Señor por estos tres años de vida religiosa (desde sus primeros votos en 2018) y, del mismo modo, citó también cómo la palabra de Dios es capaz de transformarnos, renovarnos y hacernos un vaso nuevo. Por otro lado, se sintió identificado con la vocación de Moisés, a quién Dios le pidió liberar al pueblo de Israel, mientras que él se mostraba “curioso y dudoso” de ser capaz de cumplirle al Señor, hasta que finalmente confió en su palabra y decidió ir a su encuentro…

Culminada su reflexión, Fr. Tullio PASTORELLI, delegado de nuestro Vicario Provincial Fr. Roberto BRANDINELLI, recibió la profesión por parte de nuestro hermano, siendo testigos Fr. Fabio MAZZINI y Fr. Maurizio BRIDIO; dicha profesión será vigente hasta la fiesta de nuestro padre San Francisco del próximo año.

 


Una vez celebrada la Santa Misa, los frailes de la comunidad, junto con la madre de Fr. Augusto y la de nuestro postulante, compartieron el gozo de esta renovación con un momento de fraternidad, agradeciendo a nuestro padre Dios por acompañar a nuestro hermano y hacerlo decidir nuevamente querer elegir ser un fraile franciscano conventual.

Cómo comunidad de hermanos, pedimos al Señor por intercesión de nuestro padre Francisco y San Antonio, puedan bendecir y acompañar a Fr. Augusto en su formación, le muestren el camino correcto a seguir, para que pueda ver en las pequeñas acciones cotidianas el rostro de Cristo en los hermanos que hoy demandan nuestra ayuda y cercanía. ¡Que Dios te bendiga hermano Augusto!

 

 Paz y bien.

Benjamín CASTRO

Postulante

Retiro Espiritual Anual de la Delegación

Del 3 al 9 de marzo de 2024, en el Monasterio de las Monjas Trapenses de Quilvo - Curicó, se llevó a cabo el retiro espiritual anual de los ...