Oración: Señor Jesús, abre mis ojos y mi corazón para verte
en todas las circunstancias de mi vida. Dame un espíritu abierto a la
aceptación de tu voluntad para poder realizarla por Amor, como tú realizaste la
voluntad del Padre. Aumenta mi fe para contemplar vivamente, con estos ojos
terrenales, tus maravillas y proclamarlas al mundo entero. Amen.
Queridos hermanos, ¡que El
Señor les de la Paz!
El Evangelio de san Lucas
capítulo 24, versículo 13 a 35 nos relata como dos discípulos de Jesús se
dirigían hacia una ciudad llamada Emaús. Los dos caminaban preocupados y
tristes, bajo la tentación del desánimo, cuando de repente Jesús mismo se le acerca
preguntando: “¿de
qué están conversando?” (v. 17). Fue suficiente una pequeña
intervención de Jesús y ellos empezaron hablar de sus preocupaciones e
inquietudes. “Y comenzando por Moisés y continuando con
todos los profetas, Jesús les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras”
(v. 27) y con palabras consoladoras les hizo ver que, en muchas ocasiones, Sus
caminos no son los nuestros y que Dios tiene sus planes con cada uno de nosotros. Fascinados por la enseñanza de Jesús, los dos sintieron el deseo de
quedarse más con El: “Quédate
con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado” (v. 29)
y, “al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo;
y partiéndolo, les dio” (v. 30).
Al quedarse con Jesús sucede
algo fascinante en nuestra vida: nos convertimos en sus discípulos. Pero, para llegar a esto, es necesario empezar
un nuevo camino, vivir una fe profunda y luminosa que nos lleva a la aceptación
amorosa de la voluntad de Dios en nuestra vida.
Desierto de Atacama - Chile |
Querido joven, si sientes que tu camino es parecido al de los discípulos de Emaús, si
estas preocupado e inquieto ven y haz una experiencia de vida con Jesús en el
seno de nuestra Orden Franciscana. Encontrarás respuestas a tus
preguntas y a tus inquietudes, verás con tus ojos a Jesús en los hermanos más
necesitados, lo encontrarás en la oración, en su palabra, en la Eucaristía y en
la vida fraterna y abrazando la cruz a ejemplo de nuestro padre San Francisco,
te convertirás en discípulo del Señor, hermano menor y servicial, anunciador de
Paz y Bien a nuestro mundo.
¿Te has sentido
escogido/elegido alguna vez en la vida? ¿Sientes que eres muy joven para tomar
opciones en la vida? ¿Eres consciente de la presencia de Dios en tu vida? Si es
SÍ,
pide a Jesús que se quede y conversa contigo. Porque Él es nuestra única alegría y seguridad. Y reces: “Señor
quiero vivir, siempre, cerca de Ti. Déjame entrar en tu corazón para que el mío
arda de amor por Ti”.
¡Paz y Bien!
Fray Emilian DUMEA OFMConv.