viernes, 28 de enero de 2022

Domingo 4° T.O. - Año C.

¡Ningún profeta es bien recibido en su patria!

Evangelio: Lucas  4, 21-30

 

Lo que pasa a Jesús hoy en el evangelio me recuerda lo que pasó a Francisco en Asís. Todos admiraban a Francisco, decían que él era “el rey de las fiestas”, Francisco era un hombre con plata, que tenía muchos amigos y todos en Asís querrían salir con él porque era un hombre generoso y siempre de buena onda. Podríamos decir que Francisco tenía todo lo que quería para vivir una vida feliz: un muy buen trabajo, muchos amigos y tantas personas que lo admiraban. A pesar de todo eso Francisco vivió un tiempo largo de inquietud donde buscaba la felicidad. Al comienzo pensaba que quería ser caballero, porqué solamente en esa manera podía ser noble.



Tenía plata, admiración y respeto, podía hacer todo lo que querría pero no era noble y querría ese título porque sino se sentía inferior a los nobles. Después cuando se dio cuenta que esa inquietud no era por ser noble sino porque el Señor le pedía de servirlo de manera más radical, Francisco vivió un cambio profundo, en su vida sea, en sus relaciones. Los que poco antes lo admiraban y buscaban porque querrían estar con él y ser sus amigos después que él empezó a ayudar a los leprosos y a predicar el evangelio se burlaban de él. Se reían de él, de su manera de vestir y su estilo de vida, se burlaban de él porque si antes era un hombre que pretendía respeto y tenía plata, ahora es un hombre humilde que se viste con ropa humilde y da de vuelta buscando caridad.



A pesar de todo eso, Francisco estaba feliz, estaba feliz porque había descubierto lo que le permitía de vivir en plenitud: Francisco querría vivir el evangelio, querría conocer más a Jesús y hacer cada día mas experiencia de él, Francisco quería ayudar a los demás, a los más necesitados y también anunciar la buena noticia del evangelio. A Francisco, como a Jesús, no le interesa si los demás están enfurecidos con él porque o no hace lo que ellos quieren o si se burlan de él o no le creen, Francisco simplemente como Jesús quiere amar a Dios de todo corazón y amar a los demás con amor verdadero.

Francisco como Jesús nos muestra como nuestra felicidad no depende de la admiración de los demás ni de lo que los demás opinen de nosotros, sino se buscamos el bien y la verdad en nuestra vida, si buscamos de vivir en plenitud, el amor verdadero, el mismo amor que lleva a Jesús a morir en cruz para nosotros y Francisco a dejar todo para servir el Señor. Jesús como Francisco nos muestra cómo podemos vivir en plenitud nuestra humanidad.

 

Fray Matteo MARTINELLI OFM Conv.

martes, 25 de enero de 2022

Profesión de Votos Religiosos

Profesión simple

El sábado 22 de enero de 2022, la Delegación Provincial de San Antonio de Padua en Chile celebró, con gran alegría, la profesión simple de Fray. Benjamín Alejandro CASTRO HERRERA.

 


La celebración tuvo lugar en la Parroquia Jesús de Nazaret de Curicó, donde se encuentra también la casa de formación de la Delegación. La Santa Misa fue presidida por Fray. Fabio MAZZINI, formador de la Delegación y los votos fueron recibidos por el Delegado Provincial Fray. Tullio PASTORELLI. Fr. Maurizio BRIDIO, en cambio, en su homilía, subrayó que una vocación antes que una elección es una llamada: el Señor es quien llama.

 


A la celebración asistieron los frailes de la delegación, familiares, feligreses de la parroquia de "Jesús de Nazareth" y algunos de la parroquia de Rauco (Curicó), comunidad de origen de fray Benjamín. Después de la santa misa también hubo un momento de "ágape fraterno" en el patio de la parroquia.

 


Damos gracias al Señor por el "sí" generoso del Hermano Benjamín y oramos para que este joven hermano nuestro, hijo de nuestra Delegación, madure en el seguimiento de Jesús, según el estilo de vida de San Francisco de Asís, especialmente en los próximos años de su formación.

 


Le deseamos buen camino y una identificación cada vez mayor con el Señor y con los ideales de su Reino.

 

 

Fray Jack GINTING OFM Conv.

viernes, 14 de enero de 2022

2º domingo T.O. - Año C.

 "Hagan todo lo que Él les diga".

Evangelio: Juan 2,1-11

 

            El Evangelio de este domingo, conocido como "las bodas de Caná", marca en Juan el comienzo de la llamada "vida pública" de Jesús, aunque ciertamente ya era conocido visto que el relato nos dice que Jesús fue invitado con María, su madre, y con sus discípulos.

"Hagan todo lo que Él les diga"

            Los exegetas nos advierten que no se trata de la crónica de unas simples bodas. Existen demasiadas anomalías en el relato para que lo sea: no se habla de los esposos; Jesús se rehúsa de obrar el milagro pero luego lo realiza; la abundante agua convertida en 600 litros de vino; existe una acumulación de términos teológicos: hora, signo, gloria, creer.

            Se trata más bien de un auténtico “signo” del evangelista Juan que nos da a conocer lo que hay detrás de este milagro: la acción de Jesús. A Juan le interesa mostrar lo que hace Jesús y, en la forma en que lo hace, está toda su historia y también la nuestra como discípulos.

            En este gesto de Caná el evangelista ve el primer signo de todos los que Jesús realizará en su misión hasta el mayor de los signos, la muerte y la resurrección. Todo lo que Jesús hace y dice tiene el punto de referencia en la cruz. Esto ya aparece en las palabras (bastante extrañas si se toman literalmente) que Jesús dirige a su madre cuando ella le dice que no hay vino en la boda ("... mi hora no ha llegado todavía"). Es la hora en que será levantado de la tierra y todos verán definitivamente en Jesús quién es él y quién es Dios como su Padre.

            Jesús en Caná quiere dar ese vino que parece faltar no tanto en aquellas bodas, sino en todo el pueblo de Israel y en el mundo: es el vino de la alegría. ¡Se necesitas del vino en una fiesta de bodas! Jesús vino precisamente para esto, es decir, para traer abundancia de amor, de alegría, de paz al mundo con una calidad superior.

"La fraternidad, el vino de la alegría"

            El evangelista nos dice que al ver esa señal los discípulos creen en él. Fe es confiar, lanzarse y apostar por el Evangelio, apoyándose en experiencias positivas que nos muestran que la verdadera paz es posible, que el amor vence al odio y la alegría no ha desaparecido de la tierra y del corazón del hombre. La fe es decir "sí, estoy en ella... Pongo mi parte de agua en ella sabiendo que con Jesús puede convertirse en buen vino"

            La fe es la de María, que aquí más que nunca es modelo de la Iglesia y de cada cristiano. María no permanece indiferente ante una carencia y la señala sin esperar nada (“no tienen vino”). Se lo dice a Jesús porque confía que en él, aunque no sepa cómo, está la solución. María pronuncia entonces aquella frase que resume el corazón del anuncio cristiano: “Hagan todo lo que Él les diga” ¡Esto es creer en el evangelio!

            Es lindo partir, con este texto, el nuevo tiempo ordinario que nos regala la iglesia. Nos recuerda que la vida cotidiana es el tiempo para experimentar la gratuidad de Dios, de su presencia, del soplo poderoso y delicado del Espíritu. Hay un “buen vino” para todos también para aquellos que están convencidos de que no se lo merecen y que ven su fe insegura y tambaleante. ¡Hay vino bueno para todos!

            Sigamos, pues, el consejo de María: "Hagan todo lo que Él les diga".

 

Fray  Maurizio Bridio, OFMConv.

viernes, 7 de enero de 2022

EL BAUTISMO DEL SEÑOR - Año C.

“Mientras estaba orando…” pasaron milagros

Evangelio: Lucas 3, 15-16. 21-22

 

Estamos finalizando ya el periodo litúrgico de la Navidad con el domingo del Bautismo del Señor Jesús. En el Jordán llega como uno de tantos y se pone en fila esperando su turno para ser bautizados.


Como nos dice el evangelista Lucas “El pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan Bautista no sería el Mesías” (Lc 3,15). Juan es un profeta poderoso en su palabra y llamaba la atención, pero es también honesto y elimina cualquier duda, diciendo claramente que no es él el Mesías sino solamente el que bautiza y prepara su venida.

“Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús” Lc 3,21). Él ha llegado entre los pecadores y desde allí quiere empezar la salvación. No tiene ni miedo, ni rechazo para la fragilidad humana sino se hace solidario los pecadores.

Es significativa la actitud de Jesús que „estaba orando”, era en diálogo con el Padre para conocer su voluntad. Como siempre en la oración suceden cosas hermosas, mientras Jesús ora.

a)”Se abrió el cielo” (Lc 3,21). Desde casi dos siglos no había profetas, Dios no hablaba, se pensaba que está enojado por los pecados del pueblo. Los israelitas oraban: No te irrites tanto, no recuerdes siempre nuestra culpa, mira que somos tu pueblo… ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!” (Is 64,8; 63,9). 

Con el comienzo de la vida pública de Jesús se abre el cielo. Evangelista Lucas nos da una gran y alegre noticia: Dios ha oído la súplica de su pueblo, ha abierto el Cielo para ya no cerrarlo más. Se ha puesto fin para siempre a la enemistad entre el Cielo y la tierra. La puerta de la casa del Padre permanecerá eternamente abierta para dar la bienvenida a todo hijo que quiera entrar.

b) „El Espíritu Santo descendió sobre el, como una paloma” (Lc 3,22). El Espíritu, se posa sobre Jesús como una “paloma”, todo ternura, afecto y bondad. Jesús es el nido donde el Espíritu habita. Movido por el Espíritu, Jesús se acercará siempre a los pecadores con la dulzura y la amabilidad de la paloma.

c) „Una voz del cielo: „Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección” (Lc 3,22). El Padre presenta a su Hijo a quién ama y confirma que realmente Jesús es la imagen auténtica de Él. En su vida pública Jesús será misericordioso como el Padre, va a hablar y actuar en perfecta sintonía con Él. Según la mentalidad semítica un hijo representa a su padre. Jesús va a decir a Felipe: „El que me ha visto a , ha visto al Padre” (Jn 14,9)



San Francisco, hombre de oración, siempre atento a la inspiración divina, en sus momentos de duda, le preguntaba a Dios: Señor, ¿qué quieres que haga?" (TC 6). En la oración recibía la respuesta a sus preguntas inquietantes, porque siempre en el diálogo con Dios encontramos la luz para los pasos de nuestra vida.

Jesús vivió plenamente su vocación de revelar el rostro del Padre y de dar la vida para salvarnos. Como san Francisco podemos caminar detrás del Maestro y aprender de Él como realizar mejor y plenamente nuestra vida y nuestra misión en este mundo.

 

Fray Augustín BUDAU, OFM Conv.

Retiro Espiritual Anual de la Delegación

Del 3 al 9 de marzo de 2024, en el Monasterio de las Monjas Trapenses de Quilvo - Curicó, se llevó a cabo el retiro espiritual anual de los ...