Detalles de mi
pastoral
P. Emilian, tocando la guitarra. |
¿Qué detalle Señor has tenido conmigo cuando me llamaste
a trabajar en la pastoral? Me dijiste que voy a encontrar amigos y hermanos y así
fue.
Los primeros
seis meses en Copiapó fueron muy divertidos, de hecho, toda mi presencia en
Chile fue muy divertida. Los primeros pasos, aprendiendo el idioma, el contacto
con la cultura, tradiciones y religiosidad chilena en las fiestas de Nuestra
Señora del Carmen, Nuestra madre de la Candelaria y Fiestas patrias marcaron
mucho mi vida.
Los primeros
pasos que empecé a dar, fueron en Copiapó. El cariño de la gente, intentando
entender, sin corregirme mi manera de hablar. Los primeros contactos con las capillas y
sectores, clero y feligreses me dieron mucho coraje en seguir
aprendiendo más cada día. Me estaba acomodando de a poco.
Pasando esta etapa fui trasladado a Curicó por
4 años, trabajando junto a los hermanos en la formación de los jóvenes con inquietudes
vocacionales y pastoral juvenil. Gracias a Dios, fueron muchos los
que pasaron por la puerta de nuestra casa de formación. Voy a nombras solo los
últimos jóvenes a Fray Augusto, Benjamín y Mario, todos muy buena onda. El
trabajo pastoral como vicario, Capellán del Hogar de Cristo y párroco en Jesús
de Nazaret me dejaron el corazón lleno de tantas experiencias de fe, vividas en
compañía de gente entregada, hombres y mujeres, jóvenes y niños, animadores y
catequistas, ministros y coordinadores parroquiales y de comunidades.
Tantas fiestas preparadas con cariño y entrega, primeras comuniones, bautismos
y matrimonios, misiones juveniles y retiros.
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P. Emilian durante cuna celebración del domingo de ramos en Curicó |
Todo esto era
algo maravilloso y nuevo para mí que vine a Chile sin una preparación pastoral
adecuada. No olvido las Fiestas Patrias y ramadas las procesiones y Cuasi modos
por las calles de nuestra ciudad de Curicó. El convento Viejo donde iba a
caballo por los viñedos y campos saludando a la gente trabajadora. Santa Lucia
con su especifico, su linda gente en las calles del sector, las visitas a los
enfermos y necesitados. María de Nazaret, con tantas actividades y movida como
una parroquia, los pesebres en vivo y misas del alba en las demás capillas
donde iba acompañado de nuestros ministros enviados o visitando algún enfermo
llevando la comunión.
Complete mi
trabajo pastoral con el social tanto en la Parroquia como en el Hogar de Cristo,
intentando atender de la mejor manera posible, a nuestros hermanos necesitados.
¿Qué haría Cristo en mi lugar? ¡Dad hasta que duela! ¡Un fuego enciende otro fuego! Son
palabras de San Alberto Hurtado que siempre me van a seguir. Amo Curicó y su
gente. Amo de manera aparte el equipo de fútbol Curicó Unido, a quien a mi
partida de Curicó lo deje a la mesa de los grandes en la primera. (Hincha
incondicional, quien lo sabe, lo sabe).
Trasladado a Copiapó,
donde he vivido los últimos dos años y medio, fue el lugar que cierro mi
permanencia en Chile. Estuve al servicio de la diócesis como vicario
parroquial, Capellán de la Escuela Italiana y del Hogar de Cristo. El desierto,
fascinante, el más árido de mundo, Atacama, seguirá siendo (aunque me voy), una
maravilla del mundo junto con Barranquilla “mi lugar favorito” y su gente los
pescadores. Volví de donde inicie mi misión, para que después pueda, regresando
a mi tierra, iniciar de nuevo, pero de una manera distinta: más
franciscano, más rico en gracia, más hermano, más humano, más sencillo, más
social, más cristiano y sacerdote, siguiendo siempre a nuestro Señor Jesucristo
en la espiritualidad franciscana.
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P. Emilian durante celebración de ramos. |
Con entusiasmo,
acompañe varias capillas de nuestra Parroquia San Francisco, como San Antonio,
San Pedro, Santa Clara, Toledo y esporádicamente las demás capillas con su
linda gente. Los quieroooo a todos. Esto lo he sentido, lo creo y lo comparto. Hice
mi parte de bien, por lo menos lo intenté. Quise hacerlo de la mejor manera
posible, pero salió tal como tantos de ustedes lo vieron.
Quiero a mis
hermanos franciscanos, quiero esta Iglesia chilena y a su gente, laicos,
consagrados y sacerdotes que luchan por su fe, queriendo una iglesia viva y
misionera que trabaja por el bien de sus hermanos, por su país y por un mundo
mejor. Les
agradezco a todos y le pido perdón por todas mis faltas.
Nada que perdonar, solo dar gracias por todo lo vivido. Dios te bendiga y te proteja. Risita y Tito
ResponderEliminarNada ke perdonar dale gracias a a usted y a Dios por haberlo enviado aca y haber concido chile y en especial copiapo siempre lo vamos a recordar por su gran entrega en nuestra comunidad ke dios lo bendiga y lo proteja siempre paz y bien
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