lunes, 20 de julio de 2020

Experiencia misionera de P. Emilian Dumea (3)


Detalles de mi pastoral

P. Emilian, tocando la guitarra.
 ¿Qué detalle Señor has tenido conmigo cuando me llamaste a trabajar en la pastoral? Me dijiste que voy a encontrar amigos y hermanos y así fue.
Los primeros seis meses en Copiapó fueron muy divertidos, de hecho, toda mi presencia en Chile fue muy divertida. Los primeros pasos, aprendiendo el idioma, el contacto con la cultura, tradiciones y religiosidad chilena en las fiestas de Nuestra Señora del Carmen, Nuestra madre de la Candelaria y Fiestas patrias marcaron mucho mi vida.  
Los primeros pasos que empecé a dar, fueron en Copiapó. El cariño de la gente, intentando entender, sin corregirme mi manera de hablar. Los primeros contactos con las capillas y sectores, clero y feligreses me dieron mucho coraje en seguir aprendiendo más cada día. Me estaba acomodando de a poco.
 Pasando esta etapa fui trasladado a Curicó por 4 años, trabajando junto a los hermanos en la formación de los jóvenes con inquietudes vocacionales y pastoral juvenil. Gracias a Dios, fueron muchos los que pasaron por la puerta de nuestra casa de formación. Voy a nombras solo los últimos jóvenes a Fray Augusto, Benjamín y Mario, todos muy buena onda. El trabajo pastoral como vicario, Capellán del Hogar de Cristo y párroco en Jesús de Nazaret me dejaron el corazón lleno de tantas experiencias de fe, vividas en compañía de gente entregada, hombres y mujeres, jóvenes y niños, animadores y catequistas, ministros y coordinadores parroquiales y de comunidades. Tantas fiestas preparadas con cariño y entrega, primeras comuniones, bautismos y matrimonios, misiones juveniles y retiros.

P. Emilian durante cuna celebración
del domingo de ramos en Curicó
Todo esto era algo maravilloso y nuevo para mí que vine a Chile sin una preparación pastoral adecuada. No olvido las Fiestas Patrias y ramadas las procesiones y Cuasi modos por las calles de nuestra ciudad de Curicó. El convento Viejo donde iba a caballo por los viñedos y campos saludando a la gente trabajadora. Santa Lucia con su especifico, su linda gente en las calles del sector, las visitas a los enfermos y necesitados. María de Nazaret, con tantas actividades y movida como una parroquia, los pesebres en vivo y misas del alba en las demás capillas donde iba acompañado de nuestros ministros enviados o visitando algún enfermo llevando la comunión.
Complete mi trabajo pastoral con el social tanto en la Parroquia como en el Hogar de Cristo, intentando atender de la mejor manera posible, a nuestros hermanos necesitados. ¿Qué haría Cristo en mi lugar? ¡Dad hasta que duela! ¡Un fuego enciende otro fuego! Son palabras de San Alberto Hurtado que siempre me van a seguir. Amo Curicó y su gente. Amo de manera aparte el equipo de fútbol Curicó Unido, a quien a mi partida de Curicó lo deje a la mesa de los grandes en la primera. (Hincha incondicional, quien lo sabe, lo sabe).
Trasladado a Copiapó, donde he vivido los últimos dos años y medio, fue el lugar que cierro mi permanencia en Chile. Estuve al servicio de la diócesis como vicario parroquial, Capellán de la Escuela Italiana y del Hogar de Cristo. El desierto, fascinante, el más árido de mundo, Atacama, seguirá siendo (aunque me voy), una maravilla del mundo junto con Barranquilla “mi lugar favorito” y su gente los pescadores. Volví de donde inicie mi misión, para que después pueda, regresando a mi tierra, iniciar de nuevo, pero de una manera distinta: más franciscano, más rico en gracia, más hermano, más humano, más sencillo, más social, más cristiano y sacerdote, siguiendo siempre a nuestro Señor Jesucristo en la espiritualidad franciscana.
P. Emilian durante celebración de ramos.
Con entusiasmo, acompañe varias capillas de nuestra Parroquia San Francisco, como San Antonio, San Pedro, Santa Clara, Toledo y esporádicamente las demás capillas con su linda gente. Los quieroooo a todos. Esto lo he sentido, lo creo y lo comparto. Hice mi parte de bien, por lo menos lo intenté. Quise hacerlo de la mejor manera posible, pero salió tal como tantos de ustedes lo vieron.
Quiero a mis hermanos franciscanos, quiero esta Iglesia chilena y a su gente, laicos, consagrados y sacerdotes que luchan por su fe, queriendo una iglesia viva y misionera que trabaja por el bien de sus hermanos, por su país y por un mundo mejor. Les agradezco a todos y le pido perdón por todas mis faltas.

2 comentarios:

  1. Nada que perdonar, solo dar gracias por todo lo vivido. Dios te bendiga y te proteja. Risita y Tito

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  2. Nada ke perdonar dale gracias a a usted y a Dios por haberlo enviado aca y haber concido chile y en especial copiapo siempre lo vamos a recordar por su gran entrega en nuestra comunidad ke dios lo bendiga y lo proteja siempre paz y bien

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