miércoles, 15 de julio de 2020

San Buenaventura de Bagnoregio


San Buenaventura

Actual ciudad de Bagnoregio - Italia,
donde nació San Buenaventura.
Hoy queremos conocer unos de lo primeros santos franciscanos, un santo poco conocido pero muy querido a las familia franciscana. Buenaventura –Juan de Fidanza– nació en Bañorea (Bagnoregio), pequeña ciudad de centro italiana. Cuando era niño, estaba gravemente enfermo y su madre lo encomendó y consagró a San Francisco de Asís, por cuya intercesión recuperó la salud. Por eso ingresó a la Orden franciscano y se trasladó a París para completar los estudios teológicos en La Sorbona donde escuchó las lecciones de los mejores maestros de la época a la vez que atendía con ardoroso empeño a su formación espiritual en la escuela del Pobrecillo de Asís. Durante un decenio enseñó en París y cuando apenas contaba treinta y seis años, fue elegido ministro general el 2 de febrero de 1257.

San Buenaventura, doctor seráfico.
Se puede decir que san Buenaventura supo consolidar el Orden Franciscano después la intuición inicial de san Francisco: el los primeros años los franciscanos se difundieron gracias al carisma de Francisco, ahora, después la muerte del fundador, san Buenaventura contribuí al consolidamento del Orden Franciscano en toda Europa.
A lo largo de dieciocho años viajará incansable a través de Francia e Italia, llegando a Alemania por el norte, y por el sur a España; proveerá con a las necesidades de la Orden, para entonces extendida por todo el mundo antiguo conocido, en cuanto a la legislación y a los estudios, y sobre todo en cuanto a la observancia de la regla, para la que señaló el justo término medio, equidistante del rigorismo intransigente y de la relajación condenable. Predicaba con frecuencia impulsado de su celo por el bien de las almas. Buenaventura fue apreciado y escuchada por Papas y reyes. Varios papas lo consultaron en cuestiones graves del gobierno de la Iglesia. Gregorio X (1271-76) lo nombró cardenal y lo consagró obispo y le pidió su ayudo para preparar el segundo concilio ecuménico de Lyón, donde gracias a el se realizó la unión de los griegos disidentes a la Iglesia de Roma. Fue el remate glorioso de una vida consagrada al bien de la Iglesia y de su Orden.

Imagen de San Buenaventura,
en Colegio Seraphicum - Roma.
Buenaventura escribió comentarios a la Biblia y a las Sentencias de Pedro Lombardo. De la época de su gobierno nos quedan obras teológicas, apologías en que defiende la perfección evangélica y las Ordenes mendicantes de los ataques de sus adversarios, muchos centenares de sermones y opúsculos místicos; algunos, como el Itinerario del alma a Dios, son joyas inapreciables de la mística de todos los tiempos. En sus obras hallamos la síntesis definitiva del agustinismo medieval y la idea de Cristo, centro de la creación, y además la síntesis más completa de la mística cristiana.
Buenaventura vivió siempre una intensa vida interior, savia que empapaba toda su actividad a configurarse con Jesucristo, maestro y Señor. Murió el 15 de julio de 1274, proclamado santo el 14 abril 1482 y docto de la iglesia el 14 marzo 1588.

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