La pastoral
juvenil y vocacional
Celebrando eucaristía con los animadores de pastoral juvenil franciscana conventual. |
¡El último detalle y que detalle Señor! Estoy escribiendo
con tantos sentimientos encontrados. Pensando en los jóvenes, pienso en mi
mismo, en mi vocación, que es la de ser franciscano, en mi “hobby” de payaso,
coqueteando de niño con el boxeo y mi profesión de trabajador social. ¿Me pregunto en
cuál de estos detalles te has fijado Señor cuando me elegiste servirte en los
jóvenes? ¡Solo Tú lo sabes Señor! Curicó, Copiapó y Santiago.
Dedique mucho tiempo a la pastoral juvenil y vocacional, estando con los
jóvenes, enseñándole y aprendiendo de ellos. Ustedes jóvenes son “el ahora de Dios”, “no
balconeen la vida, pónganse los zapatos y mójense la camiseta” como siempre lo
han hecho. Estoy orgulloso de ustedes, de sus animadores y
formadores. Verdaderos franciscanos dispuestos a seguir a Jesús.
Ustedes son el presente y el futuro, no solo de la Iglesia sino también de la
sociedad. Hagan que este mundo sonríe una vez más. Los quiero un montón y no
los voy a olvidad. Rezo por ustedes y por todos. Si
algunos de ustedes, escuchando la voz del Señor, lo quiere seguir más de cerca,
que lo haga con entusiasmo y sin miedo, la Iglesia y nuestra Orden Franciscana
los necesita de toda forma, como laicos y consagrados. Gracias por
haberme acogido, aceptado y soportado. ¡Vamos chicos, vamos chicas!
Pronto para "volar" y comenzar otra misión. |
Las misiones, los encuentros juveniles en Santiago, Curicó y
Copiapó, fueron momentos de mucha enseñanza, pero también de mucha diversión y
amistades. Las catequesis, retiros,
momentos de formación y fraternidad, todo lo que hemos hecho, ha sido hecho en
paso y de mano con Jesús y San Francisco, con la Palabra del Señor, con la fe
católica, celebrando nuestra identidad cristiana. Quiero a todos ustedes con la
misma medida, los respeto y los bendigo tanto y mas de lo que puedo. Que me
perdonen si le es causado algún daño.
Al terminar esta carta, una vez más agradezco a mis hermanos
de la Orden Franciscana conventual de Chile por brindarme la posibilidad de
cumplir con mi misión. Agradezco a cada hombre y mujer, joven y niño con quien
me he cruzado en mi camino.
Se que he dado poco, pero lo que más lo sé, es que he
recibido mucho.
Con los hermanos de la Delegación Chilena. |
Les dejo las palabras de nuestro padre San Francisco
escritas en el Testamento de Siena: “Escribe cómo
bendigo a todos mis hermanos, los que están en nuestra religión y los que
vendrán a ella hasta el fin del siglo... que, en señal del recuerdo y de mi bendición …
siempre se amen mutuamente, siempre amen y guarden la santa pobreza,
nuestra señora, y que siempre se muestren fieles y sumisos a los prelados
y todos los clérigos de la santa madre Iglesia.”
¡Muchas gracias hermanos y amigos,
Hasta la vista!
¡Paz y Bien!
Fray Emilian Dumea OFM Conv.
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