¿Cuál es mi vocación?
Hace algunos meses atrás, el mundo entero, en especial nosotros en América Latina, nos deleitábamos con la nueva producción de Disney, que, mediante la historia -muy simpática- de la familia Madrigal, que nos enseñaba como la unión familiar puede superar todo obstáculo. Es así como la película “Encanto” quiso también enfocarse en dar a conocer la cultura colombiana, de donde proviene esta familia.
Quisiera comentarles un poco sobre esta producción,
que tuve la oportunidad de ver varias veces, pero siempre con un punto de vista
diferente. En la película, como les decía, se muestra a una familia que en un
principio lo tenia todo, estaba conformada por un padre, la madre, los niños,
etc. De pronto, como en cualquier familia, ocurre un momento difícil, en este
caso una tragedia, que hace atormentar el futuro de cada uno de ellos (muere el
padre de familia).
Allí adquiere protagonismo la señora Alma (soplo de
vida, según la Biblia) quién se encarga de sacar adelante a su familia sin
tener la compañía del esposo. Es ella quién los guiará, bajo una luz especial
que emana desde un cirio que les hace tener esta “seguridad”. Cada miembro de
la familia es dotado de un don particular, por el cual son llamados a servir en
el pueblo donde están: uno tiene el don de la fuerza, otro de oír más allá,
otro de sanar las aflicciones, entre muchos otros.
Es aquí donde primeramente quiero referirme a la
vocación, para darla a conocer de una perspectiva diferente: el Señor llama a cada uno de nosotros de
una manera distinta a hacer algo distinto, pero, lo que nos une es que esto, a
lo que él nos llama, es para ponerlo al servicio de los demás.
En la película podrán ver cómo, en un principio, se
muestran necesidades: los burros se escapan, hay gente triste, las cosechas no
van tan bien, entre muchas otras que también en este tiempo vemos: desigualdad
social, gente con necesidad de ser escuchada, atención a los más pobres, entre
muchas otras más.
Dentro de la familia Madrigal, hay una joven
llamada Maribel, quién no tuvo la fortuna de recibir este “don mágico” para
ponerlo al servicio de los demás, o así se hace entender en un principio de la
cinta, sin embargo, el mensaje con una sorpresa incluida, se hace saber al
final, cuando ella descubre que su “poder” es el unir a quienes están separados.
De ahora en adelante, será ella quién guiará al grupo familiar.
Sra. Alma y la luz de un cirio |
Ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver todo esto
con la vocación?, si lo miramos a simple vista no tiene ninguna concordancia. A
partir de esta idea de la que han hecho una película, podemos nosotros desde
una mirada de fe, hablar de vocación. Así como cada miembro de esta familia
recibió un don particular, así también nosotros lo hemos recibido por gracia de
Dios. El problema está cuando muchos aún no entienden o comprenden para qué han
sido llamados o cual es su misión en este mundo, si pensamos en esto, estamos
en los zapatos de Maribel, esta joven que se sintió muchas veces desolada e
incomprendida por su entorno por ser “la diferente” de la familia. Poco a poco,
ella fue dándose cuenta cual era su “don” o llamémoslo “vocación”, a partir de
una necesidad. Normalmente también nosotros actuamos así: a quién le gusta
enseñar, sabemos que será profesor; a quién le gusta la salud, sabemos que será
medico; a quién le gusta ayudar a la gente, sabemos que será asistente social…
pero, ¿cuál es la función del religioso? ¿Barrer, enseñar, predicar, cocinar?
Si les contara todo lo que se puede hacer, me faltaría papel o espacio dentro
de este blog. Quién está llamado a ser religioso, ante todo es llamado por el
Señor a una misión que sí, puedes llamar especial, porque no es para todos,
pero en ella, estás invitado a hacer muchas cosas: servir, enseñar, predicar,
por decir algunas. No podemos, muchas veces “mirar a huevo” algo sin conocerlo
previamente, porque los prejuicios son capaces de matar aquello que nos
gustaría conocer “más de cerca”.
Un grupo de joven frailes en formación. |
Les invito, de forma especial a quienes aún no
tienen clara su vocación o lo que sienten, a experimentar, a probar, para que
en este espacio especial que nos da la vida, podamos comprender qué es lo que
sentimos o para qué hemos sido llamados, lo importante es que cuando estemos
seguros seamos felices en ello, esta es la prueba de que estamos haciendo las
cosas bien y que para allá va nuestra ruta. Una herramienta, por llamarlo así,
que les ayudará muchísimo es un guía espiritual, alguien que te escuche, con
experiencia y que esté unido a la fe, para que esto que sientes sea lo que Dios
ya ha pensado para ti. Un guía espiritual te brindará desde la sabiduría de la
vida un consejo, una idea para orientarla a tu proyecto. Ten siempre en cuenta,
todos tenemos un talento, un ideal, una vocación, solo falta encontrarla,
buscarla si es necesario. Afirmo nuevamente, tienes un gran don en ti, porque
Dios te amó primero y te eligió para hacer una buena obra a partir de eso.
Por último, les invito a ver esta cinta y, luego de
estas ideas, también ustedes reflexionar al respecto sobre aquello a lo que han
sido llamados, les gustaría hacer o ya están haciendo.
Que el Señor y María Santísima les acompañen.
Fray Benjamín Castro. OFMConv
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