Cuaresma camino de alegría hacia el Señor resucitado
Evangelio según San Juan 3,14-21.
En el itinerario de cuaresma
hemos llegado al IV domingo, domingo llamado de “Lætare” de la alegría, cada cristiano en camino hacia
la Pascua es llamado a regocijarse ya que se acerca el tiempo de vivir
nuevamente los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo, durante la Semana Santa. Al igual que el tercer Domingo de Adviento
“Gaudete” del gozo, se rompe el esquema litúrgico de la Cuaresma, el color
litúrgico es el rosado, se puede tocar instrumentos musicales, y entrando más en el sentido litúrgico de este domingo, vemos que todo
gesto y signo involucra algo verdaderamente en consonancia y dirección a los
Sagrados Misterios que se vivirán pronto, donde el Señor sufre su pasión, muere
por nuestros pecados, y resucita para darnos la Salvación.
Monte Alvernia donde San Francisco de Asís
recibió las llagas de Cristo.
El Evangelio de este
domingo del ciclo B (texto del evangelista San Juan 3,14-21) nos presenta el
dialogo de Nicodemo con Jesús. Pero antes de entrar en el relato evangélico
quiero invitarlos a hacer un poco de evaluación de este tiempo de cuaresma.
Como sabemos, el tiempo fuerte que estamos viviendo, es un camino hacia la
Pascua donde cada uno de nosotros es invitado a convertirse: ¡dejar el mal para
elegir el bien! Pasada poco más de la mitad
de los 40 días de este tiempo que nos lleva a la Pascua, podemos preguntarnos: ¿hemos
avanzado en este camino de conversión? ¿Cómo estoy caminado (viviendo la
oración, la caridad y el ayuno) para renovarme interiormente y encontrarme con
el Señor resucitado con un corazón puro?
Como decía el texto de
evangelio que nos propone la liturgia de la Palabra de este domingo, nos
presenta la figura de Nicodemo. Nicodemo era un fariseo, un hombre religioso,
preocupado por conocer las cosas de Dios, y fue de noche a dialogar con Jesús y
para conocer un Maestro en religión. Juan a lo largo de su evangelio nos
presenta el camino en subida, que hace este hombre deseoso de avanzar en su
camino de fe. Acá les dejo los capitulo donde se encuentra la persona de Nicodemo
en el evangelio de san Juan:
Jn 3,14-21: Nicodemo encuentra a Jesús de noche; (primera
escena)
Jn 7,40-53: Nicodemo se enfrenta con los sacerdotes y
los fariseos y defiende a Jesús; (segunda
escena)
Jn 19,31-42: Nicodemo se presenta bajo la cruz del
Señor; (tercera escena)
En el primer texto del camino
de fe de Nicodemo (el texto de este domingo) estamos de noche. Nicodemo de la
primera escena, representa miedo a los judíos; no quiere
ser visto porque no desea que los demás descubran su interés por Jesús; se
juega su status social y prestigio. Pero la noche representa también la ausencia
de luz, aquella oscuridad que nos impide caminar y nos puede hacer tropezar y
caer. En Juan, la noche es entendida como tinieblas del corazón, una actitud
espiritual poco clara, confusa, o directamente mal intencionada. ¿Cuántas veces
no nos hemos visto inundados por ese tipo de noche del corazón; corazón en
tinieblas y en confusión?
San Giovanni Rotondo, la experiencia de
San Pio Pietralcina sobre la cruz.
Podemos decir que en esta
primera escena Nicodemo es un hombre lleno de temores y cuidados. Admira a
Jesús, sabe que lo que él enseña es distinto a lo de otros iluminados y
profetas espontáneos, pero viene a Jesús de noche porque no quiere ser visto y
no desea comprometer su prestigio. Es un hombre precavido y cuidadoso. Al
hablar con Jesús expone sus dudas, y cuestiona las propuestas de Jesús. Aunque
muestra verdadero interés por lo que Jesús le enseña, pero sigue con sus
esquemas antiguos. Podemos decir que con este encuentro, Nicodemo comienza un
camino de discernimiento que lo llevará a defender a Jesús (escena II) y a
tomar una decisión contra corriente y de estar con Jesús recién matado por el
sistema político y religioso del tiempo (III escena). Eso conlleva no pocas
humillaciones y desprecios. La
experiencia de Nicodemo nos dice que nosotros cristianos hemos de ser adultos
en la fe, mirando también a nuestros santos franciscanos: Francisco, Antonio,
Clara, Maximiliano Kolbe, .... nos proponen un estilo de vida claro y preciso y a ser capaces de tomar
decisiones en conciencia, a veces incluso, actuando de manera que no va tan de
acuerdo con algunas normas y criterios, que han permanecido durante mucho
tiempo en nuestro ambiente, pero que posiblemente, pertenecen ya al hombre
viejo y son incompatibles con el vino nuevo del Evangelio. Seguir a Jesús tiene
que ser una decisión personal y libre, alegre, sincera y sin duda de gran
responsabilidad.
La invitación que nos viene del
evangelio de hoy, es a buscar a Jesús, ir a su encuentro, dialogar con él,
presentarle nuestras tinieblas y experimentar la belleza de estar con él, de
seguirlo, de servirlo, de amarlo y porque no, entregarle totalmente nuestra
vida con una opción a la vida religiosa o sacerdotal.
Paz y bien
fr. Tullio Pastorelli
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