viernes, 8 de mayo de 2020

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida


En el texto del Quinto Domingo de  Pascua, Jn 14, 1-12, Jesús nos habla sobre su proyecto de regresar a  la Casa de su Padre y preparar un lugar para estar con nosotros. Un proyecto que  no es fácilmente entendido, razón por cual Felipe hace de portavoz de los discípulos que no entienden, pidiendo explicaciones. Felipe es la voz de la razón, es la voz de cada uno de nosotros cuando no entendemos lo que está pasando y el porqué de lo que está pasando.
Como fraile, ya pasé más de la mitad de mi vida en la familia franciscana, y quizás, tal vez como tú, yo tampoco comprendo en totalidad el porqué de mi vida. Aceptando vivir la vida cristiana como franciscano, no se me aclararon  en totalidad las dudas que tenía desde antes, pero se me abrieron  los ojos a preguntas más importantes. En el momento en que  encuentro un obstáculo en mi vida, la primera pregunta, ya no es más “¿por qué?” sino “¿para quién?” Los franciscanos me enseñaron a  distinguir las prioridades de mi vida. Cuando amo, encuentro las fuerzas necesarias para enfrentar todo. Y hay que amar todo, porque Cristo amo todo y a todos. San Francisco entendió bien este aspecto del amor, buscando la presencia de Dios en todo lo creado - la realidad visible – pero sin quedarse atrapado en lo creado, así como le pasó, en la primera parte de la vida a San Agustín de Hippona. En sus obras literarias, San Francisco ocupó expresiones como “hermano sol, hermana luna, hermana muerte, etc.” Nadie podría llamar hermana a la muerte, si no aprendió a amarla.
El Señor nos dice en este domingo que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si te falta alguno   de estos tres elementos, entonces todavía no lo conoces, como tampoco lo conocieron sus discípulos. Ser franciscano, no te hace perfecto, pero te ayuda a caminar en tu vida hacia la verdad siendo un “alter Christus”.
"Señor, muéstranos al Padre y nos basta"
(Jn. 14,8). P. Marco Tasca O.F.M.Conv,
nuevo elegido como obispo de Genoa- Italia.
Se ha dicho que Francisco representa un alter Christus, era verdaderamente un icono vivo de Cristo. También fue denominado «el hermano de Jesús». De hecho, este era su ideal: ser como Jesús; contemplar el Cristo del Evangelio, amarlo intensamente, imitar sus virtudes. En particular, quiso dar un valor fundamental a la pobreza interior y exterior, enseñándola también a sus hijos espirituales. Los santos son realmente los mejores intérpretes de la Biblia; encarnando en su vida la Palabra de Dios, la hacen más atractiva que nunca, de manera que verdaderamente habla con nosotros. Él  también para nosotros es una invitación a cultivar la pobreza interior para crecer en la confianza en Dios, uniendo asimismo un estilo de vida sencillo y un desprendimiento de los bienes materiales.

Aprendamos este domingo, siendo ayudados por san Francisco de Asís, a cómo  conocer y reconocer la presencia real de Jesús en nuestros hermanos y cómo  transformarnos nosotros mismos en “otro Cristo”. El mundo necesita ardientemente cristianos, hombres y mujeres, que con sus vidas hagan visible el Dios que no vemos.    

¡Paz y Bien!

Fray Irinel DOBOS

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