Cuestionar a Jesús o creer en Él?
Evangelio: Marcos
6, 1-6a
Acompañando a Jesús
en su recorrido por los pueblos y ciudades para anunciar la Buena Noticia del
Reino de Dios, lo encontramos según el texto del Evangelio propuesto para este
domingo, el XIV del tiempo ordinario, “dirigiéndose a su pueblo, seguido de
sus discípulos” (Mc 6,1).
Santa Maria de Los Ángeles
vista desde Rocca Maggiore, Asís.
En el capítulo 3 del
Evangelio de Marcos, toda la familia de Jesús había venido a Cafarnaún
buscandolo para llevarlo a Nazaret, “pues
decían que estaba trastornado” (Mc 3,22), escuchando que los maestros de la
ley “lo acusaban de estar poseído por un
espíritu inmundo” (Mc 3,30). En esta ocasión él les había dicho: “El que cumple la voluntad de Dios, es mi
hermano, mi hermana y mi madre” (Mc 3,35).
Ahora lo vemos
llegando por su decisión a su pequeño pueblo, acompañando por su “nueva familia”, los discípulos que
habían acogido su propuesta de vida. Llegado el sábado “comenzó a enseñar en la sinagoga” (Mc 6,2), presentando de una
manera nueva la Palabra de Dios, con una autoridad y una seguridad que asombró
a sus ciudadanos. Marcos concluye que los habitantes de Nazaret quedaron “escandalizados”
con Jesús (el verbo griego “scandalidzô”, aquí utilizado, significa mucho más
que “quedarse perplejo”, es “ofender”, “herir”).
Jesús no es estudioso
como san Pablo, no es un rabino, no es una autoridad religiosa, es sólo pobre “un carpintero”, “el hijo de María”, es
uno más de la aldea… De donde habla y como hace estos grandes milagros? Es la
reacción “lógica” de una mentalidad cerrada a la novedad, es la resistencia
“común” de quién piensa de saberlo ya todo, controlarlo todo, también en lo que
se refiere a Dios.
Jesús había enseñado
y presentado con sus gestos un Dios que ama a todos, quiere salvar a cada persona, que
busca a los pecadores, toca a los leprosos y le tiene cariño hasta a los paganos,
no es lo que ellos han aprendido de los rabinos. Escandaloso. Casi querían
decir que Dios no es tan bueno con todos sino es pura “justicia” y es solo del
pueblo de Israel.
La persona de Jesús
es un desafío para cada cristiano. Necesitamos conocerlo más y asimilar su
sabiduría. San Francisco de Asís al inicio de su conversión era incomprendido
por la gente conocida, hasta por su padre y hermano. Narra el biógrafo Celano: “El padre según la
carne persigue al que se entrega a obras de piedad, y, juzgando locura el
servicio de Cristo, lo lacera donde quiera con maldiciones. Entonces, el siervo
de Dios llama a un hombre plebeyo y simple por demás, y, tomándolo por padre,
le ruega que, cuando el padre lo acose con maldiciones, él, por el contrario,
lo bendiga” (1Cel 12)
“Y él (Jesús) se asombra de su falta de fe” (Mc 6,5), de la gente
de su pueblo y “no pudo hacer ningún
milagro” (Mc, 6,4) En la vida de
Francisco y de cada discípulo el milagro mayor, tal vez el único, que se
realiza es creer en Jesús y en su Evangelio que tiene la fuerza para
transformar y revolucionar nuestra vida.
Cual es mi actitud
como cristiano: ¿cuestiono a Jesús como la gente de su pueblo o Lo recibo y confío en su Palabra como Francisco de Asís, el centurión o la Virgen María?
¡Paz y Bien!
Fray Augustín BUDAU OFMConv.
No hay comentarios:
Publicar un comentario