“El que pierda su vida a causa de mí, la encontrará”
Domingo T.O. XXII, año – A Mateo 16:21-27 En este pasaje del Evangelio nos aproximamos al fin de nuestra jornada a Cesarea de Filipo. Ahora los discípulos entienden que Jesús es el Mesías y creen que él es el Hijo de Dios. El tono de la enseñanza de Jesús cambia. Jesús revela a sus discípulos que ahora debe salir del norte y tiene que ir a Jerusalén, donde lo «harían sufrir mucho». Les informa que en Jerusalén será arrestado, y después muerto, pero que volverá de la muerte tres días después. Por primera vez Jesús hace el anuncio de su pasión. Los discípulos están escuchando un discurso extraño, estremecedor, escandaloso . Es tan escandaloso que para Pedro es demasiado. No puede guardar silencio, tiene que intervenir. No va a permitir a Jesús que muera. Pedro lo lleva aparte y comienza a reprenderlo. “Esto no, querido Jesús, esto que está diciendo no te lo aceptamos, no nos gusta para nada” . La afirmación de Jesús no gustó para nada a Pedro, a los demás d...