Carta de Ángelo

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CARTA DE ANGELO A FRAY ALBERTO

Querido hermano Alberto,

Gracias por el servicio que das a los jóvenes en el blog. En estos años lo he consultado a menudo: ¡útil y hermoso!

Le escribo para pedirle consejo: asisto a un grupo vocacional y estoy seriamente orientado a ingresar al seminario, en el año propedeutico. La elección de alguna manera ya ha llegado a mi corazón incluso con la ayuda de mi guía espiritual. Pero confieso que me preocupa un poco dejar el trabajo que tengo, ami familia, las personas que amo y muchas áreas de mi vida a las que estoy atado. (...) Apreciaría tu palabra al respecto.

Gracias. (Ángelo P. - 26 años - Milán)

RESPUESTA DE FRA ALBERTO

Estimado Angelo, gracias por tu confianza.

La mochila de la vida, la libertad 
y el océano inmenso

¿Qué puedo decirte? Recuerdo muy bien los mismos pensamientos y preguntas cuando, más o menos a tu edad, asistí al grupo vocacional franciscano y luego decidí ingresar al postulado: ¿y mi trabajo? ¿y mis queridos amigos? ¿el voluntariado en el que estoy muy comprometido y sobre todo mi libertad que quería más que nada? Eran y son preguntas y preocupaciones legítimas!

En realidad, llega el momento en que sientes que debes lanzarte, que has llegado a un punto de "no retorno" y que si te rindes, renunciarías a tu vida verdadera, a un amor más grande que supera todos los demás. Tengo entendido que ya has hecho seriamente el discernimiento. ¡No tengas miedo! ¡Déjate guiar por el Señor y su gracia con mucha confianza!

¡Déjate guiar por el Señor y su gracia 
con mucha confianza!

Después de todo, creo que ya entendiste que convertirse en sacerdote (o fraile o misionero...) significa abandonar muchos deseos e intereses personales, ponerse al servicio del Señor, de los hermanos, de una iglesia y de una comunidad, de quienes más lo necesitan. Es una elección apasionante... ¡si esta es tu vocación! Piensa que alguien siempre te ha estado esperando: espera tu entrega gratuita, espera tu amor, necesita tu sonrisa y tu alegría, tu perdón. Alguien espera de ti las palabras y los gestos del Evangelio, ¡espera a que le lleves a Jesús! Se trata de servir... no de ser atendido o servido que está delante de ti y que cada día tendrás que elegir.

Al principio es solo un camino de donarse, créeme,  pero que serás continuamente llamado a renovarte, a veces con tanto esfuerzo y de sufrimiento tal vez. Sin embargo, tu deseo y tu voluntad de darte siempre permanecerán vivos, si puedes aferrarte al Señor Jesús, la fuente de todo nuestro gozo y el significado último de cada consagración.

El AMOR es  más  fuerte
(Santa Teresa de Los Andes)

Si en tu corazón te das cuenta de que tienes otras motivaciones que te empujan a esta elección que no son Jesús, ¡no des el paso! ¡Te arrepentirás pronto!

Se puede perder la vida solo por un AMOR MÁS GRANDE.

¡Bendiciones y al Señor Jesús sea siempre nuestra alabanza!

Fray Alberto