Vivir cada encuentro vocacional en la Orden de los Hermanos Franciscanos Menores Conventuales en Chile, ha sido de suma importancia en mi búsqueda a la consagración de mi vida. En esta búsqueda junto a los Frailes he intentado con un corazón dócil estar atento a lo que el Espíritu Santo me suscita en lo profundo, descubrir la generosidad y sencillez que San Francisco les propone como estilo de vida es algo hermoso, he intentar poder vivir cada día el Evangelio con lo que somos y tenemos, descubrir y contemplar a Dios en toda la creación es algo maravilloso.
Los frailes con jóvenes en discernimiento vocacional |
En
el último encuentro que pude vivir con la fraternidad palpé el amor
bondadoso del Padre que me espera siempre con los brazos abierto, este amor
me anima a ser como una vela, querer alumbra y entrega calor al que está cerca,
desbordarme en el amor de Dios y gastarme por mis hermanos, este signo
es el abono en la búsqueda de mi vocación junto a la comunidad, en ellos he
encontrado lo que realmente me hace feliz, vivir mi vida en una comunidad
sincera, querer estar para el más pobre, estar con ancianos y ancianas con
niños y jóvenes de distintas nacionalidades que se acercan para un mejor vivir,
todo esto es lo que realmente me hace feliz y en el carisma de los Hermanos
Franciscanos conventuales lo he encontrado.
Siento
que Dios no es solo el pan de vida, sino el pan vivificador y
sustentador de la vida que viene del cielo. Dios me ha enseñado que en
su amor y misericordia, puedo suplir todas mis necesidades; y por ello dio
a su Hijo, como su don de pan, para las almas hambrientas y necesitadas.
Paz y Bien.
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