
Iniciaron esta jornada, preparando el corazón para este peregrinar a través de una Adoración al Santísimo, poniendo frente a Cristo sacramentado las intenciones que como jóvenes desean entregar en este caminar.
Durante esta peregrinación y a través de diferentes signos, caminando por la Paz y la justicia social, los jóvenes oraron por nuestro País, el cual cruza por una fuerte crisis de descontento social. Como pastoral juvenil franciscana es importante que nos unamos a través de esas instancias a las propuestas de nuestra Iglesia por un País más igualitario y fraterno, tal como San Francisco lo hubiera esperado.
La valentía de un espíritu joven se deja ver cuando se hacen cosas por amor. Por amor a su iglesia, por amor a su comunidad, por amor a Dios, lo cual quedó en evidencia en este peregrinar.
Al final de un largo caminar, más que 10 kilómetros, los jóvenes de la diócesis llegados al santuario de Paula y punieron en la mano de nuestra querida Santa Teresita los anhelos, sueños dolores y tristezas de nuestro querido Chile sabiendo que todos y en particular nosotros jóvenes, como nos recuerda nuestro Administrador Apostolico Mons. Galo en su carta: “Ninguno de nosotros puede restarse de la tarea de transformar esta crisis en una oportunidad para un Chile nuevo. Cada uno, desde el lugar en que se encuentra está llamado a involucrarse en la tarea de hacer de este momento doloroso una ocasión bendita para una nueva convivencia entre los hijos de esta tierra.”
Como dice el lema de esta caminata diocesana, de verdad en nuestra peregrinación nos ardían los corazones (no solo para la fuerza del sol, que en este día era bien caluroso) en pedir al Señor de poder ser discípulos y misioneros de Jesús y ser también instrumentos de paz y de justicia cada uno según su vocación especifica.
Paz y bien
Katy Baeza